sábado, 22 de mayo de 2010

Injusticia

Hola, mi nombre es Nelly pero hoy no les voy a contar mi historia, les voy a contar la historia de una mujer que lucho toda su vida por la justicia, una mujer que no conocía límites, una mujer que me enorgullece llamar mamá. Ella era hippie y creía que el mundo y la sociedad le ponían barreras que no la dejaban expresarse, que la apresaban y no la dejaban ser ella misma.
Una vez ella estaba en una huelga por un caso muy especial: un niño había una enfermedad desconocida, por eso tuvo que ser internado, su madre lo iba a visitar todos los días, pero un día cuando lo fue a ver algo había pasado, el chico había desaparecido, desesperada la madre fue a hablar con alguien para conseguir respuestas. En eso pasó un enfermero y ella le preguntó: -Em.…disculpe, sabe donde esta mi hijo-dijo la mujer
-¿Su hijo era el niño que estaba en la habitación 2B?-pregunto el enfermero.
-Si-respondió ella con pánico e intriga.
-Si se lo llevaron esta mañana-
-¿Cómo que se lo llevaron?-grito asombrada la señora
-Si, unos hombres se lo llevaron, dijeron que eran del gobierno y que el niño necesitaba más atención de la que podría encontrar acá, lo llevaron a un laboratorio creo….em….ha acá está esta es la tarjeta que nos dieron, acá está la dirección y teléfono del lugar por si quiere ir a verlo
-¡Claro que quiero ir a verlo como podría no quererlo, pero porque no me avisaron que se lo llevaron ¡-grito desaforadamente la mujer.
-Esos hombres habían dicho que eran parientes del niño-dijo inofensivamente el enfermero.
La mujer fue al lugar que indicaba la dirección, era un edificio alto con muchas ventas, pero cuando quiso entrar los guardias del laboratorio le impidieron el paso diciendo que no se permitían visitas para el muchacho, que el estaba encerado en una habitación aislada y así debía permanecer. La mujer no tuvo otra opción que retirarse, intento demandarlos pero no funciono eran hombre de mucho poder. Entonces llamo a mi mama (que en ese momento era su mejor amiga) y le conto todo lo sucedido, mi mama en cuanto escucho todo esto salió corriendo a buscar gente que la ayudara a liberar al chico. Al día siguiente la huelga ya había comenzado y mi mamá la lideraba, le dieron un megáfono y ella dijo:
-Déjenlo libre es solo un pobre chico, tiene derecho a ver a su familia, tiene derecho a ver a su mamá y ustedes no tienen derecho sobre el, el es libre, el es libre- mamá gritaba y poco después todos gritaban con ella al compas.
-el es libre, el es libre-repetían todos sin parar.
Cuando anocheció todos acamparon alrededor del laboratorio, pero mi madre trepo un árbol hasta dar con una ventana y entró al frío y tétrico laboratorio. Se topo con un guardia pero estaba dormido, siguió caminando y encontró una gran pared blanca con una puerta que tenía una pequeña ventanita que le permitió observar un horroroso espectáculo, el niño estaba encerrado entre cuatro paredes y no lo alcanzaba el más mínimo rayo de sol. Junto a esa habitación había una pequeña cabina llena de papeles y una de las paredes era de vidrio para ver al chico, mientras recorría con la vista todo el lugar, un papel llamo su atención, era un cuadro que decía el nombre de muchas enfermedades al costado las diferentes reacciones del chico. Mi mama no lo podía creer, estaban probando otras enfermedades en él, era totalmente diabólico e inhumano, en ese momento la sorprendió un hombre de traje que le dijo:
-¿Qué estas haciendo?-
-¿Qué están haciendo ustedes?- dijo mi mama
-Si hacemos esto no vamos a terminar más, empecemos bien ¿Cuál es tu nombre?-dijo el hombre
-Mi nombre es Elena, decime el tuyo
-Mi nombre es Eduardo y usted no debería estar acá
- Déjeme adivinar usted está detrás de todo este salvajismo, usted es la mente maestra de este plan inútil
-No lo llamemos salvajismo, llamémoslo un estudio científico que no daña a nadie
-Claro que daña, es incorrecto, el chico no es un juguete. Es libre de personas como usted y libre de las cuatro paredes donde lo apresaron, es un chico, por favor- dijo ella.
- El chico no tiene mucho tiempo de vida – dijo el hombre- y para no desperdiciarlo utilizamos este tiempo en algo productivo, es como… como… una oferta. Es limitada, así que, se aprovecha al máximo antes de que termine.
- Él es una persona, necesita hablar con la gente, se va a volver loco, es sólo un nene, podría morir- dijo mamá.
- Bueno, las ofertas son limitadas, algún día terminan. Luego de esta frase, Eduardo llamó a los guardias para que escoltaran a Elena fuera del edificio.
Al día siguiente, la huelga continuó. Mi mamá tenía un presentimiento de que algo malo iba a pasar y estaba en lo cierto porque en el laboratorio, el pobre niño estaba loco, no soportaba las continuas enfermedades, el maltrato y todo lo que sufría. En ese momento vino el guardia, el chico saltó encima de él y comenzó a golpearlo con las pocas fuerzas que tenía. Entre todos los movimientos, el guardia no supo como reaccionar y lanzó un disparo y el chico calló al piso con una bala en el pecho. Su cadáver estaba sonriendo y feliz sabiendo que estaba libre. Todos quedaron atónitos por el increíble momento.
No tardó mucho tiempo para que la noticia llegara a los oídos de mi mamá, quien fue furiosa a hablar con Eduardo. Él estaba disfrutando de su éxito, sentado en su sillón mientras contaba sus billetes; mi mamá entró a la sala de un portazo y comenzó a discutir con Eduardo. Ambos se pusieron de pié, frente a frente, se gritaban el uno a el otro, su discusión se convirtió en una pelea agresiva y descontrolada. Eduardo en un forcejeo le disparó a mi mamá. Ella, antes de morir dijo: - Nunca respetaste el derecho a la vida, nunca dejaste vivir.
Sí, ya se que no es el final que todos esperaban, pero es un final. La madre del niño lloró como si no hubiera un mañana por su hijo y su mejor amiga y no descansó hasta ver a Eduardo tras las rejas. Así fue, él quedó preso por homicidio, pero años después se descubrió el horrible experimento que le hizo a un pobre niño. Se preguntarán como sé esto si mi mamá murió, es simple, yo lo leí de su diario, un diario donde decía todo lo que hacía en sus huelgas, un diario que tenía título, un diario llamado “Injusticia”.

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